viernes, 29 de marzo de 2013

Comarca sin límites

Estupenda reunión con estupendas personas procedentes de las diversas tribus vacceas que hay entre el Trabancos y el Zapardiel por el Oeste y el Voltoya y el Eresma por el Este. (J. Carlos López).
Ciertamente, esta reunión significó un punto de inflexión en el ánimo de todos y en la reorganización de los recursos. Se han multiplicado las actividades, se han establecido numerosos puntos de conexión y cada vez son más ambiciosos los proyectos.
A un paso de "Las Edades del Hombre", se está dando forma al ambicioso programa de actividades a desarrollar en Arévalo y la comarca de La Moraña.


jueves, 28 de marzo de 2013

Sábanas ¿santas?


“La religión resuelve problemas que no existirían si no existiera la religión”. La frase no es mía, es de Mª Carmen, colega de profesión y mente lúcida donde las haya. La hubiera firmado en el mismo momento que la escuché y el tiempo, con la ayuda de muchos “fieles”, me ha ido dando la razón. Es más, a fecha de hoy podría aplicarse a la política, el sindicalismo y otras artes venidas a menos.
Un medio de derechas a propósito de la Sábana Santa anuncia: “Se trata de una reliquia que llama a la meditación y que apela a nuestra inteligencia y a nuestra fe”. Dudo de lo primero, remito lo tercero a los “fieles” y me permito hacer una corrección a la segunda afirmación: “es un insulto a la inteligencia”.

Estas extravagancias siempre han vendido, desde el caballo blanco de Santiago,- de su tumba mejor ni hablamos; la del apóstol, no la del caballo-, hasta las apariciones de El Escorial, pasando por aquello de la circulación que le costó la vida a nuestro paisano Servet, y lo de Galileo que se libró por tablas.

A medida que pasan los siglos, esto de la fe tiene menos fundamentos; es decir, progresa de forma inversamente proporcional a los avances científicos. Con la teoría heliocéntrica la iglesia perdió una buena cuestión de fe, con su actual comportamiento está perdiendo lo poco que le queda. No obstante, siempre pueden agarrarse a verdades irrefutables (basadas en la fe, claro) como el misterio de la Santísima Trinidad. Ahí no va a haber forma de deshacer el entuerto, para gloria de los mercaderes de los templos. La datación mediante el Carbono 14 ha sido un duro varapalo para muchas de sus historietas, como esta del sudario de Turín. Desconozco si el de Oviedo ha pasado la prueba y si hay otros por el mundo. Trocitos de la cruz debe de haber a miles, solo hay que observar cuántos templos se apelan de la “Vera Cruz” desde Segovia a Caravaca.

Y es que no necesitan ayuda, ellos solitos se bastan y se sobran. Dice una profesora de Doctrina Social de la Iglesia: “de la violación sacas algo bueno, que es un hijo, un don de Dios”, o que al marido infiel hay que “seguir amándole con lágrimas en los ojos, como Jesús lloraba en la cruz”; y una más, “las mujeres maltratadas no deben separarse porque eso es amor”. ¿Comprenden ahora el porqué de la primera frase de este artículo?

Sinceramente me trae al pairo lo que hagan con sus doctrinas; eso sí, siempre y cuando no se paguen con mis impuestos, lo que ocurre en muchos casos. Porque si un día me levanto con la intención de fundar una universidad, posiblemente no tenga acceso a las ayudas y privilegios que tienen otros ciudadanos que, se supone, “somos iguales ante la ley”.

Tratar de enmascarar tanta falsedad con reliquias y oscuros vericuetos no es propio de quien, según los evangelios y el modo de vida de los primeros cristianos, deberían estar hablando de amor y, por supuesto, practicando este supremo mandamiento. Y cuando veamos “cómo se aman los unos a los otros”, quizás nos olvidemos de sábanas santas, “lignum crucis” y apariciones varias. Amén.

Abrimos en Semana Santa


 

Por tercer año consecutivo, si mal no llevamos la cuenta, las iglesias de Santa María la Mayor y la de San  Miguel en Arévalo abren sus puertas bajo el auspicio del programa “Abrimos en Semana Santa”.
Abren también, San Nicolás en Madrigal y San Cipriano en Fontiveros.
Como no podía ser de otra forma, desde nuestra asociación nos congratulamos de ello.
El programa, según podemos leer en RevistaEcclesia.com, “se extiende desde el sábado 23 de marzo al lunes 1 de abril (ambos incluidos) y en horario de 11 a 13 horas, y de 16 a 19 horas.
También señalan en el sitio que: “…como se viene haciendo desde hace algunos años, los visitantes tendrán a su disposición un libro donde se recogen todas las rutas, los horarios, los lugares y una breve explicación de cada templo. Está hecho con mucho cuidado y con un formato atractivo que incluye al final del libro unas hojas para que el usuario pueda añadir sus propias notas. Estos libros se facilitarán en los templos abiertos por el personal voluntario que los abre y atiende en este programa y con quienes este obispado ha firmado un contrato de voluntariado según las normas legales requeridas en el convenio con la Junta.
Nada que objetar. Solo nos preguntamos si no era éste un buen año para que otros templos del Territorio Mudéjar se hubieran incluido en el programa “Abrimos en Semana Santa. Mudéjar al sur del Duero”. Pensamos en San Juan en Arévalo, San Pelayo en Sinlabajos, Nuestra Señora de la Asunción en Barromán, San Julián y Santa Basilisa en Horcajo de las Torres o San Pedro en la Nava de Arévalo, por poner algunos ejemplos.
Creemos que es un año único para nuestro Territorio y como tal debería considerarse.  Empezar a mostrar, aunque solo sea de forma tímida, el enorme potencial patrimonial que alberga el Territorio Mudéjar de Tierra de Arévalo y Moraña, debería ser objetivo principal de personas y entidades responsables de la conservación y promoción de nuestro Patrimonio Histórico.

Juan C. López

domingo, 24 de marzo de 2013

Nos vemos en el Teatro

EL Grupo "El Círculo" de Arévalo estará en el "X Certamen Teatral Villa de El Carpio" a celebrar del 10 de marzo al 19 de mayo.
La obra que representaremos es "Fuera de Quicio" de José Luis Alonso de Santos, una divertida comedia donde se confunden realidad y ficción y que, en ningún caso, deja indiferente al espectador.
Esta representación tendrá lugar el domingo 21 de abril a las 18.00 horas, si bien recomendamos el resto del programa compuesto por numerosos grupos de Castilla y León.



Domingo de Ramos

            Hoy se rememora la entrada triunfal de Jesús, como Mesías, en Jerusalén de acuerdo al relato de los cuatro evangelios canónicos. Así comienza la Semana Santa; semana de Pasión que culminará el Domingo de Resurrección.
Este hecho se celebra en España con manifestaciones de reconocida raigambre y diversidad de ritos.
            Como elemento común, la procesión de las palmas recorre nuestra geografía de norte a sur; si bien cada ciudad, cada pueblo, añade algo de su particular liturgia en tan singular celebración.
            En Elche, las trenzadoras elaboran auténtica obras de arte, improvisando figuras imposibles con las palmas que previamente han sido privadas del sol. De este modo, cubiertas con una caperuza elaborada a tal fin, se impide que realice la función clorofílica y pierda su color verde, tomando el característico color blanco-amarillo.
            En Castilla la procesión se acompaña con ramos de laurel. Para comprender su sentido tenemos que remontarnos a la antigua Grecia.
            El dios Apolo se enamora de Dafne a quien persigue por las montañas. En el momento de alcanzarla, Dafne suplica a su padre, Peneo, que la trasforme para escapar del dios, quien la convierte en laurel. Apolo, desconsolado, tomó el laurel como su árbol sagrado y, cortando algunas ramas, se hizo una corona. Así, esta planta se utilizó para conmemorar victorias y enaltecer a los héroes.
            Actualmente, dentro del mundo militar,  existe la “Cruz Laureada de San Fernando” como la más alta distinción en acciones de guerra.
            Volviendo a la mitología; las leyendas narran cómo Zeus mató de un rayo a Asclepio, que era hijo de Apolo, por resucitar a los muertos. Apolo, en venganza mató con sus flechas a los Cíclopes, forjadores del rayo. Ahora comprendemos por qué nuestras abuelas nos daban el ramo de laurel para ponerlo a la entrada de la casa y, de este modo, además de protegernos contra todo tipo de maleficios, nos ponían a salvo de tormentas.
            Y, por supuesto, para aderezar los más variados guisos.
            Algunos ramos se reservan para ser quemados. Las cenizas resultantes de la pira se impondrán a los fieles el próximo Miércoles de Ceniza, cuando de nuevo vuelva la Cuaresma, para recordarles que apenas hay un paso de la gloria al dolor de la muerte.

“Pulvis eris et in pulverem reverteris”.

            El refranero, puñetero para mi buen amigo Juan Jesús Villaverde, nos recuerda que: “Quien no estrena en Domingo de Ramos no tiene ni pies ni manos”, o “Si no estrenas en Domingo de Ramos se te caen las manos”. No hemos encontrado una explicación fundada de este dicho. Hay quien señala que fue ese día cuando Jesús se despojó de su condición de hijo de Dios para ser juzgado por los hombres. Así se entendería que debemos desprendernos de lo viejo y estrenar ropa nueva. Lo que nadie esperaba es que en estos tiempos, por mucho que sea primavera en el Corte Inglés, tengamos el ánimo como para despojarnos de nada y, menos aún, para estrenar si quiera unos calcetines a cuadros.

martes, 19 de marzo de 2013

Çapardielo

El río Zapardiel es un río español afluente del río Duero, de antiguo poblamiento y larga historia; aunque su caudal es escaso y actualmente muy contaminado, al menos en una buena parte de su recorrido, que afecta a las provincias de Ávila (donde nace) y Valladolid (donde muere). Se especula, aunque no hay pruebas al respecto, que el nombre pudiera proceder del hebreo «Tspardelh» que, en castellano, significaría «río de ranas» (el vocablo debió pasar a los musulmanes de la región, que también dieron nombre a Medina del Campo). En castellano viejo el nombre derivaría a Çapardielo y de ahí, perdiéndose la «o» final a la denominación actual. A pesar de su estado actual, Miguel de Cervantes menciona este riachuelo en su obra Viaje del Parnaso, diciendo: «Zapardiel, famoso por su pesca».
Fuente: Wikipedia

Con la llegada de la primavera el Zapardiel retoma su curso.




domingo, 10 de marzo de 2013

Por los caminos de la mística

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Ni Papas

Tenemos un gobierno que no sabe
y una oposición que no se entera:
Rubalcaba naufraga con su nave
y a Rajoy casi nunca se le espera.
...
Tenemos un bonito “parlamiento”;
a menudo, de inhóspitos estrados
que ocupan numerosos imputados
esperando algún sobreseimiento.
...
No tenemos a quien encomendar
fatigas, hastíos, penas, harturas,
y Papa “non habemus”, renunció.
...
En Roma votan a quien va a mandar
a obispos, a monjas, frailes y curas.
En España no renuncia ni dios.

Más sonetos breves en:
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domingo, 3 de marzo de 2013

Cruz del Reto


                                                                                                            Foto: Oficia de Turismo (Ávila)

ROMANCE DEL HITO DEL RETO


Eran tierras de Castilla
de Doña Urraca el imperio,
cuando en Ávila se nombra
Rey a Don Alonso séptimo.

Don Alonso de Aragón,
padrastro del heredero,
se apela el Batallador
por sus dotes de guerrero.

Recibió el Batallador
a sesenta caballeros
que le dieron en rehenes
cedidos en un convenio.

Retirado a sus reales,
el de Aragón a sus presos
hizo freír en aceite
y vínose a Cantiveros.

Aquí halló por ventura
un famoso molinero,
cuyo nombre por los siglos
será el de Blasco Jimeno.

Así mismo quiso el rey
darle también escarmiento,
y quemarle la su hacienda
cual fuera un molino nuevo.

En Ávila sabedores
destos tan crueles tormentos,
plañían con gran dolor
y muy gran tristeza ovieron.
  
Quiso Blasco al de Aragón
retar, e hizo juramento
de morir en la demanda
y vengar los caballeros.

Hallóse al rey al albor,
camino de Fontiveros,
viajando con su real
y unos cuantos ballesteros.

Encontróse en el lugar
Lope Núñez, escudero,
y díjole que enviado
por Ávila iba a su encuentro.

Fabló con gran osadía
al rey Don Blasco Jimeno:
“Arrivásteis la ciudad
con gran codicia y deseo
por desheredar al rey
que fue nombrado en Concejo”.

Mas vos a nuestros rehenes,
que hicísteis fiel juramento
de librarles sin lesión,
matáis en aceite hirviendo.

“¡Malo, alevoso, perjuro!”,
fabló así Blasco Jimeno
al rey que no merecía
la corona de este reino.

“Por tal, en mi propio nombtre,
y en el mismo del Concejo,
en este mismo lugar
a vos, traidor y alevoso, os reto.”

Bien oídas tales fablas
el rey quiso poner cerco
para callar la osadía
de tan noble caballero.

Ficieron muchas saetas
e muchas lanzas ficieron
y a la vera del camino
cayó Don Blasco Jimeno.

Para gloria de los siglos
está enterrado su cuerpo
en la ermita de la Vega,
y una Cruz, la Cruz del reto,
es hito donde se alza
la gloria de Cantiveros.


Historia de la Cruz del Reto, transcrita a verso por Javier Sánchez Sánchez e interpretada por el Grupo “Alcaraván” en las fiestas de la Virgen de la Vega de Cantiveros.

Sobres

Sobremanera estoy sobreherido
por esta sobredosis sobrehumana
que sobrepasa toda sob(r)erana
paciencia; en fin, estoy sobre-cogido.
...
Es sobrenatural, sobresaliente,
el sobreprecio que sobrepagamos,
y, sobre todo, lo que sobreestimamos
a quien con sobres es sobreviviente.
...
Con sobresueldo bien se sobrelleva
el sobrenombre, y se sobrentiende
el sobrevuelo de sobres al viento.
...
No hay sobresalto que remueva
su trasero del trono y, sobriamente,
espera que se dé sobre-se-y-miento.


Más sonetos breves en:
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sábado, 2 de marzo de 2013

Ilustraciones de Patricia Fidalgo

Una pulmonía

El cielo se desploma sobre la ciudad medieval. Algunos vencejos se entretienen en las esquinas del tiempo, buscando el último aliento del día que escapa entre las almenas de la muralla milenaria. Las calles se estrechan a nuestro paso, y nos recoge un aroma de siglos y piedra, y un  eco de campanas que, a lo lejos, despide la jornada.

Hace algunos años que deseaba volver a este laberinto de plazas y silencios.

- El doctor no está-, masculla la criada, acompañando su voz del chirrido de la puerta vieja que se abre a mi paso. Puede pasar, si quiere. Por aquí están sus enseres, tal y como el los dejó. - Una pulmonía- dice-, ya sabe, esta es una ciudad fría.

El Doctor Alentejo era ordenado, de eso aún queda constancia. Cada instrumento, cada libro, cada pócima tiene su lugar, su espacio en las distintas alcobas. Su sabiduría queda patente en la multitud de utensilios que puedo ver mientras observo minuciosamente cada rincón. Un orden que raya la obsesión. Los libros en orden alfabético, guardando espacios para cada materia: neurología, digestivo, radiología...Sus instrumentos de trabajo también: aquí los aparatos de optometría, allá los de diagnóstico...Sin duda, solo reparar en este minucioso ordenamiento nos habla de una persona rigurosa en su trabajo, concienzudo en su tarea terapéutica.

De una alcoba a otra observo esta manía y al tiempo, las artes curativas que dominaba el Doctor. Si era experto en una materia, más destacaba en la otra. Sabía que cada paciente requería un cuidado diferente, por eso podía utilizar con igual maestría la tarantela para curar una picadura, o la cromoterapia para alterar el estado de ánimo. Su botica, repleta de fórmulas que solamente él conocía, respetaba el mismo riguroso orden. Aquí las hierbas, allá los aromas capaces de alterar una glándula, más lejos algunos botes conservaban elementos químicos que utilizaba en sus pócimas.

Una pulmonía..., pensaba yo a cada paso en este mar de objetos, algunos deslucidos por el uso, por el paso del tiempo, cubiertos todos de una leve capa de polvo, prueba fehaciente de que nadie había vuelto a manejar ninguno de ellos.

- Una pulmonía,- dije, incrédulo de que alguien de su experiencia médica pudiera irse por una pulmonía. La criada me miró y volvió su cabeza evitando mi mirada.

- Una pulmonía,- repetí, en mi intento de encontrar una respuesta. Ella asintió, como imposibilitada para decir una sola palabra.

En la alcoba contigua el Doctor guardaba algunas fórmulas y el alambique que le permitía realizar la destilación y descomponer a altas temperaturas los remedios naturales.

Ahora, la criada que tanto tiempo atendió esta casa, me seguía cabizbaja acelerando su paso, como invitándome a acabar la visita lo antes posible. Entonces volví de nuevo a la botica. Por un momento presentí que algo no estaba bien. Una y otra vez recorrí con la mirada los tarros de cerámica que guardaban las hierbas. Todos en perfecto alineamiento y ordenados alfabéticamente: aulaga, brezo, castaño, genciana....Así uno tras otro: heliantemo, mímulo, nogal, olivo, olmo, sauce...Más arriba, en la misma estantería, algunos elementos químicos: bromo, cromo,...todos de acuerdo a su símbolo químico y también en orden alfabético.
Nada me pareció extraño, es más, todo guardaba una uniformidad rayando la locura. Mis ojos repasaban cada envase, esa sucesión de elementos alineados. Por un momento creí ver un pequeño error en esta metódica colocación, comprobando que algunas letras no seguían el orden alfabético de los elementos por su símbolo químico, sino por el elemento en sí. De este modo, el antimonio estaba en primer lugar a pesar de consignarse con las letras “Sb”. No obstante, en este desorden permanecía la sucesión lógica de los elementos.

- Una pulmonía-,susurré de nuevo en voz baja. La criada parecía impasible, pero acerté a notar un cierto nerviosismo en sus manos, en sus ademanes temblorosos.

Repasé minuciosamente de nuevo cada recipiente comprobando el orden lógico en ese desorden de fórmulas. En mi mente trataba de ordenar cada uno de ellos, y observar la correspondencia con lo que tenía ante mí. Todo era correcto. Todo hasta que..., en esa interminable colección de cerámica, observé cómo uno de los tarros nombrado con la letra “S” ocupaba exactamente su lugar en orden alfabético. Alguien había tomado el azufre, posiblemente con algunos otros elementos, y al devolverlo al estante olvidó colocarlo en los primeros lugares llevado por la lógica de la letra que lo identificaba.
Acerqué la mirada y noté que este bote mantenía, en lugar del pequeño manto de polvo que lo cubría todo, la huella indeleble de unos dedos.

- Una pulmonía..., asentí con la cabeza.

Cuando me disponía a salir, en la cuarta alcoba había un esqueleto debidamente compuesto quizá por el Doctor. Un panel señalaba cada uno de los huesos, las articulaciones...
Al salir, le recordé a la criada que, ciertamente en esta ciudad el frío es despiadado y que se cuidase de no coger una pulmonía.
A juzgar por su complexión, por el tamaño de sus manos, cualquiera hubiera dicho que aquella osamenta era la del propio Doctor Alentejo.