domingo, 23 de junio de 2013

Muñosancho Medieval


Romance a Muñosancho



¡Vecinos de Muñosancho,

sean todos bien hallados!

¡Sean todos bienvenidos

forasteros e invitados!

 Vengan señoras, señores

de las villas e los campos,

vengan clérigos e nobles,

vengan soldados, hidalgos,

vengan monjas e juglares,

princesas, troveros, villanos.

¡Vengan, vengan,

vengan todos al Mercado!

Disfruten de las hazañas

de nuestros antepasados,

la maestría de cetreros

e de arqueros el amaño.

Presencien justas, torneos,

gusten viandas, buenos caldos,

hágase gozo e deleite

de las obras de artesanos.

¡Vengan, vengan,

vengan todos al Mercado!

Es momento, convecinos,

de atender al primer bando

de la historia de este evento

Medieval, primer Mercado.

 La aquiescencia e el asenso,

anuencia e beneplácito,

la venia e asentimiento

e vuestro favor rogamos.

 Con arte de juglaría

el pregón será narrado

por un curtido rapsoda

en esta tierra nombrado.

 E aunque en su nombre de pila

haya linaje navarro,

será nuestro pregonero

Sánchez de Muñosancho.

Loado sea nuestro Señor

e San Juan sea loado

al referir estos versos

como pregón del Mercado.

 Ruégoles por vuestras almas

e también por los pecados

que cometiéreis por causa

destas fiestas, destos fastos.

In nomine pater et filius et

Espiritu Santo. Amén.

Cuentan las viejas historias

que este lugar fue fundado

al principio de los siglos

por un héroe recio e magno.

Atendía por Nuño,

de estirpe bien castellano,

e repoblando estas tierras

bautizólas: Muñosancho.

En medio de La Moraña,

entre Zapardiel e Trabancos,

erigió esta noble Villa

de ilustre e glorioso rango.

 Viene desde Fontiveros

el sol que ha bien madrugado,

 e deja su haz de luz

en los pueblos aledaños:

 primero en Villamayor

qu´es pueblo anexo e hermano,

e llégase a sus dominios

en menos que canta un gallo.

 en Rivilla, Pascualgrande

en Blascomillán e Narros,

Flores de Ávila, Cisla,

en La Cebolla, -

-San Cristóbal de Trabancos-

El Ajo;

e en llegando a Peñaranda

ya se esconde en el ocaso.

 En medio de la llanura

late en un silencio sacro

la más noble de las Villas:

el pueblo de Muñosancho.

 La historia da buena fe

de que son sus ciudadanos

hombres e mujeres buenos,

justos, cabales, honrados,

acogedores, amables,

afables e hospitalarios,

magnánimos, generosos,

intachables e preclaros.

Dejaron los sus sudores

en estas tierras e campos,

los unos al pastoreo

los otros tras el arado.

 Unos cuidan sus ovejas,

otros a hoz van segando

los trigos amarillentos

por los soles agostados.

 Ansí de esmalte cobrizo

e de amapola bordado

en medio de la llanura

se levanta Muñosancho.

 E hace muchos, muchos años,

acontesció un gran milagro,

aparecióse la Virgen

a un pastor pastoreando.

Ocurrió en los campos mesmos

qu´el pueblo van circundando

e ansí, Virgen de las Eras,

vienen siempre venerando.

 Edificaron su ermita

en el lugar señalado,

e la muestran gran fervor

al llegar el mes de mayo.

 E cuando junio se apriesta

Juan Bautista, nuestro Santo,

Festejado e con honores

dignamente es celebrado.

Fácese gran luminaria

para quemar el pasado:

enseres e trapos viejos,

chismes, trastos e cascajos.

 Fuego purificador

que el alma lleva a lo alto

limpio de mácula e culpa

de vileza e de pecado.

Que la fiesta e la labor

el mundo facen más sano

e como exemplo no hay otro

qu´el pueblo de Muñosancho.

 ¡Cuánto goza mi memoria!

¡Cuánta dicha al recordarlo!

Aquellos años de infancia

nunca jamás se borraron.

 La escuela de Don Julián

fízonos doctos e sabios

a golpe de enciclopedia,

pizarrín e gran cuidado.

 La gramática aprendimos

e hasta las tablas cantando,

los reyes godos, los ríos,

decimales e quebrados.

Por las tardes la alameda

era sitio frecuentado,

e de allí hasta el charcón

nuestro reino conquistado.

 Que de mágicos rincones

no hay lugar más abundado

como presume este pueblo

bien nombrado Muñosancho.

 Contaré a vuesas mercedes,

por no ser asaz cansado,

una sola de las gestas

que viví con mis amigos

siendo todos muy muchachos.

 Camino de la Fuentona

salimos, era verano;

e arribamos e pasamos

e en llegando a una laguna

allí mesmo nos quedamos.

 Era idílico lugar,

un edén en medio el prado

donde las ranas croaban,

donde nadaban los patos.

Como siempre, sin cordura,

como siempre, sin pensarlo,

dexamos nuestros ropajes

por tomar un fresco baño.

 Disfrutamos de las aguas,

con ellas chapoteamos

ajenos a los peligros

que pudieran acecharnos.

 Cual fuera nuestra sorpresa,

que al pasar un largo rato

e salir de aquella charca

non vimos un solo trapo.

 Al parescer, un pastor

muy gentil y muy simpático,

a cada uno a su casa

las ropas quiso llevarnos.

 Ansí nos vimos en cueros

al pueblo juntos entrando,

las manos en la entrepierna

e el pueblo a nos aclamando.

Cada uno a su mansión

como pudo fue llegando,

allí están las vestimentas

que el buen pastor fue dejando.

 Huelga decir que este día

como muchos, como tantos,

bien cobramos nuestra hazaña,

bien cara e justa cobramos.

El pueblo que vio nacer

grandes mentes, grandes sabios,

se llena de regocijo

al recordar su pasado.

Es menester lugareños

bien alto felicitaros

por estos gratos eventos

apacibles e animados;

e ansí por ser nombrado

vuestro primer pregonero

de vuestro primer Mercado.

E por ello grito al viento:

que viva esta tierra nuestra

y que viva el vecindario,

viva toda La Moraña

y que viva Muñosancho.

 Dejoos con vuestras zambras

con Dios vos dejo, paisanos,

voyme a mis aposentos

a descansar de buen grado.

 Al Señor debo la vida,

al pescadero el pescado,

las carnes al buen yantar

e la hipoteca al banco.

 Vémonos si vos quisiéredes

d´este día en otro año,

quede con este Pregón

inaugurado el Mercado.

 E si alguien vos pregunta:

¿Do es el trovador del Mercado?

¿Es acaso de Zamora

o tal vez es Segoviano?
¿Es de Fuentesaúco,

de Aranda o de Villapando?

 E vos diréis: non, non.

¿Qué dirán vuesas mercedes?

Non, non.

Que aunque vivió en Fontiveros,

allí habitó muchos años,

adoptado en Pozaldez

e en Arévalo asentado,

estudiado en Salamanca,

Valladolid e País Vasco,

non es de aquellos lugares

qu´es de esta tierra bien nato.

 ¿Pues dó va ser un trovador

en tantas letras versado

e en tantos versos letrado?

 ¿Do va ser sino del pueblo

que ha dado a este mundo tantos

hombres e mujeres rectos,

doctos, juiciosos e sabios?

 ¿Dó va ser este trovador?

Pues, claro, de Muñosancho.

                           Javier S. Sánchez

No hay comentarios:

Publicar un comentario