viernes, 30 de noviembre de 2012

Del odio y del oído

Hasta el gran Miguel Gila, capaz de hacernos sonreír con historias de guerra, se hubiera sonrojado al verlo. Una pasarela, a plena luz, exhibía las últimas armas, las más sofisticadas, las que más matan y más deprisa. No es una broma. En Londres, en un intento de reinventar el museo de los horrores, se presentó la última línea en armamento, la que se llevará la próxima temporada.

Como si de una inocente feria de muestras se tratara, como una avenida poblada de puestos de artículos de broma, como un mercado del trueque, se presenta sin rubor, sin vergüenza y con altavoces a los cuatro vientos, una feria que algunos ya han bautizado como “la feria de la muerte”. Y se quedan cortos.

Hay quienes, con la excusa de protegerse, de defenderse, no se sabe de qué, blindan su vivienda, sus vehículos, y por el mismo precio, su vida. Como si colocarse la armadura, fuera garantía de protección. A lo peor, no es sino un filtro más que impide su relación con el mundo. Porque el filtro, a la vez que impermeabiliza del mundo, evita el fluir de pensamientos, sentimientos, emociones hacia el exterior. Y eso se llama miedo, inseguridad. Y ante ese pánico a mostrarse tal como son, la única salida es el blindaje, no vaya a ser que conozcamos sus debilidades...Con el paso del tiempo, la armadura, como en la novela de Robert Fisher, se oxida, dejando al aire sus vergüenzas. Desaparecen así las corazas y envolturas, y se ven como aquellos del paraíso a merced de cualquier culebrilla que, con una simple manzana, es capaz de embaucarlos. Y venden a cualquier precio una vida que, por otra parte, poco tenía de fascinante.

La nueva táctica es el aislamiento. Enjaulados en el poder ficticio, en la autoridad subyugada, a su  vez sometida a otra, y toda la cadena eslabonada en pro de no se sabe qué ideología, viajan la vida sin más rumbo que el revestirse más y más, creando una costra que, como jamás emprenderán la aventura de Ícaro, no habrá calor que deslíe sus alas y, en consecuencia, su inexistente vuelo no tiene peligro de fracasar. A eso lo llaman seguridad, a permanecer impávidos, inmutables, viendo pasar el almanaque sin más pre-ocupación que permanecer tras la saetera, insomnes, por si alguien osara acercarse a sus dominios. Si así fuera, y a falta de un armamento más sofisticado, y sin más argumento que su pobreza intelectual, utilizarán recursos más propios de épocas y culturas fascistas, como la amenaza o la extorsión. De pena.

No oyen, no escuchan. La cámara anecoica en que se convierten impide el acercamiento a cualquier expresión creativa, y permanecen en la prehistoria de la ignorancia por los siglos de los siglos. El alejamiento del diálogo, por rechazo, por ausencia de discurso, cierra definitivamente las ventanas a nuevos paisajes, a nuevas vidas. Y lo peor, en nuestra sociedad, eso se valora. Se valora, se premia permanecer toda la vida en el mismo puesto, haciendo lo mismo, que es más o menos que no hacer nada, pues allí donde no tiene lugar la creatividad, su espacio lo llenan la apatía, la pereza y, a lo más, una rutina desesperante para quienes tienen la desgracia de encontrarse a diario en su camino.

Si al menos tuvieran la genialidad y la valentía de acercarse a la pasarela londinense, encontrarían recursos más efectivos para proteger su hacienda. Bastaría apenas un fusil de asalto o unas cuantas bombas racimo, también expuestas, para despejar el campo de batalla. De este modo, no solo salvarían su territorio, sino que se les glorificaría como salvadores de media humanidad, aunque sea a costa de la otra media. Algunos ya lo hacen, esos líderes mundiales que en nombre de Dios, vaya paradoja, eliminan al hombre. Y a los otros, líderes de pacotilla, que pasean la calle vendidos al mejor postor, con más pasado que futuro y demasiado miedo en las venas, ganas no les faltan.

Quizá esperan que venga alguien a decirles que den el paso, aprovechando que a las víctimas siempre se las puede considerar daños colaterales.

Entonces se cumplirá la profecía de Albert Einstein: "No sé como será la tercera guerra mundial, sólo sé que la cuarta será con piedras y lanzas."

Publicado en Diario de Ávila. Diciembre, 2005. Parece que fue..hoy.

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