martes, 6 de marzo de 2012

"El corto y medio plazo", otro concepto.

(Escrito en el foro de Fontiveros a propósito de un comentario en el que se habla de la gestión del Centro "a corto o medio plazo").

 Pues ya estamos más tranquilos. Y ahora, si no es molestia, ¿podría decirnos qué significa eso de "corto o medio plazo"?, ¿es corto o medio el plazo que se ha ocupado en edificar semejante obra?, ¿es corto o medio el tiempo que ha tardado en inaugurar?, ¿es corto o medio el plazo que se ha tardado en cerrar, desde su inauguración? (perdón, ese es corto, sí, fue el mismo día: inauguración y cierre.
Me gustaría poder compartir el entusiasmo que algunos desbordan por semejante ocurrencia. Claro, que para eso necesito tener datos que, supongo, ellos tienen. A saber: ¿ En base a qué estudio se propuso este Centro?, ¿se contempló en su origen algún tipo de gestión?, ¿se cuestionó por un momento su viabilidad, o tan seguros se vieron de ella que se lanzaron con tanta presura a derribar la fábrica de harina para levantar estas moles?. ¿Cuál es el objetivo, el destino de este Centro y en base a qué se ha establecido dicho objetivo?, ¿al elevado número de turistas que recibe Fontiveros?
Aportar que “es bueno para el pueblo” no es un argumento; decir que “ahí está” tampoco es un argumento.
Si quienes defienden algo que, por ahora está cerrado, sin nada probable a corto ni medio plazo, se dignasen en darnos la información que les permite ser tan optimistas, seguramente compartiríamos con ellos su dicha y felicidad.
Decir que “depende de la empresa o persona que lo coja”, tampoco es un argumento.
Entre tanto, solo un par de preguntas más. ¿Los responsables de esta construcción la hubieran levantado con su propio dinero como inversión personal si tanto futuro le ven?,  ¿o será que disparar con pólvora del rey no requiere asumir riesgo alguno?
Esta, como tantas obras que adornan nuestros pueblos y ciudades, ha venido a participar de forma importante en la crisis que vivimos. Y todo porque, y mira que lo repetimos “cienes y cienes de veces”: estamos haciendo la casa por el tejado. En primer lugar se promueve el sector primario, en nuestro caso la agricultura y la ganadería; posteriormente, el sector secundario, es decir, la industria; y finalmente, cuando hemos conseguido generar trabajo y que la población no solo se mantenga sino que aumente, invertimos en el sector servicios. Dicho de otro modo, ¿qué pinta tamaña inversión en un pueblo que se despuebla a pasos agigantados?
Espero con impaciencia sus aportaciones para, lo haré con sumo gusto, cambiar de idea. Por el momento, permitan que no tenga mucha fe en “el corto y medio plazo”. No es una ocurrencia, a las pruebas me remito.
Saludos.
Javier Sánchez

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