El tiempo, siempre el tiempo,
pasa y no pasa;
con la esperanza.
El tiempo, amado y aborrecido,
atenaza y libera,
angustia y rescata
del miedo y la sombra.
El tiempo y yo,
dos verdades; la libertad está dentro,
el corazón lo sabe.
Esto no es un rincón de soledad,
es un sueño por cumplir,
un deseo por hacerse cierto,
un proyecto incompleto
que necesita la palabra.
La palabra escuchada
en el silencio duro de la tarde,
en el aire mensajero de aromas
y desahogo.
Traedme la palabra
y os la devolveré verso y canción.
Traedme la luz
y os la devolveré arco iris
de bermellones y azulinos.
Traedme el río y os lo devolveré
ancho camino de lágrimas de risa,
vereda de encuentros y nostalgia,
espejo de memorias y pureza.
La vida no es una, son muchas,
la tuya y la mía, la de todos.
Todos somos duda y miedo,
y bermellones y risa;
y corazón y deseo.
Todos somos palabra
y la damos en silencio
como se da un amanecer,
como se regala un sueño,
como se ofrece una luna,
como se da..un beso. Javier
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